domingo, 23 de noviembre de 2008

Arwen y Aragorn

Al día siguiente, a la hora del crepúsculo, Aragorn paseaba
solitario por los bosques, con el corazón alegre; y cantaba,
porque tenía muchas esperanzas, y porque el mundo era bello. Y
de pronto, mientras aún cantaba vio a una doncella que caminaba
por un prado entre los troncos blancos de los abedules; y se
detuvo maravillado, creyendo haberse extraviado en un sueño, o
que le había sido concedido el don de los músicos élficos, que
hacen aparecer ante los ojos de quienes escuchan las cosas que
cantan.
"Porque Aragorn iba cantando un fragmento de la Balada de
Lúthien, el que narra el encuentro de Lúthien y Beren en la
floresta de Neldoreth. Y he aquí que Lúthien caminaba ante sus
propios ojos en Rivendel, envuelta en un manto de plata y azur,
hermosa como el crepúsculo en el Hogar de los Elfos; los
cabellos oscuros le flotaban movidos por una brisa súbita, y una
diadema de gemas que parecían estrellas le ceñía la frente.
"Por un momento Aragorn la contempló en silencio, pero temiendo
que se desvaneciera para siempre, la llamó gritando:
‘¡Tinúviel, Tinúviel!', tal como Beren en los Días Antiguos.
"La doncella entonces se volvió, y sonrió, y dijo: '¿Quién eres?
¿Y por qué me llamas con ese nombre?'
"Y él respondió: 'Porque creí que eras en verdad Lúthien
Tinúviel, cuya balada venía cantando. Pero si no eres ella,
caminas como ella'.

" 'Muchos lo han dicho', respondió ella en tono grave. 'Sin
embargo no me llamo como ella, aunque acaso nuestros destinos
sean semejantes. ¿Pero tú, quién eres?'
" 'Estel me llamaban', respondió él, 'pero soy Aragorn, hijo de
Arathorn, Heredero de Isildur, Señor de los Dúnedain.' Sin
embargo, mientras lo decía, sentía que ese alto linaje, que
tanto le había regocijado el corazón, poco valor tenía ahora, y
no era nada comparado con la dignidad y la belleza de la joven.
"Pero ella rompió a reír, y dijo: 'Entonces somos parientes
lejanos. Porque yo soy Arwen, hija de Elrond, y también me llamo
Undómiel'.
" 'Suele ocurrir', dijo Aragorn, 'que en tiempos de peligro los
hombres oculten el tesoro más preciado. Pero Elrond y tus
hermanos me asombran; porque aunque he vivido en esta casa desde
mi niñez, nunca había oído hablar de ti. ¿Cómo es posible que no
nos hayamos encontrado antes? ¡Tu padre no te habrá guardado
bajo llave junto con sus tesoros!'
" 'No', dijo ella, y alzó los ojos hacia las Montañas que se
erguían al este. 'He vivido largo tiempo en la tierra de mi
madre, en la lejana Lothlórien. Y he venido hace poco, a visitar
nuevamente a mi padre. Hacía muchos años que no paseaba en
Imladris.'
"Aragorn se sorprendió, porque no parecía tener más edad que él,
que sólo había vivido una veintena de años en la Tierra Media.
Pero Arwen lo miró a los ojos y dijo: ‘¡No te asombres! Los
hijos de Elrond tenemos la vida de los Eldar'.
"Aragorn se turbó, porque vio en los ojos de Arwen la luz élfica
y la sabiduría de años incontables; pero desde aquel momento amó
a Arwen Undómiel, hija de Elrond.

Fragmento de los Apéndices de El Señor de los Anillos, J. R. R. Tolkien.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy romántico, una pena que sea ficción XDDD

Enrique Felipe Gutiérrez dijo...

A veces la realidad supera a la ficción, mi joven padawan.